Desde que era niña y viajaba a Quito para visitar a mis familiares, quedaba encantada con la zona colonial del Quito antiguo, una de las mejor conservadas de América del Sur y declarada por la UNESCO ‘Patrimonio Cultural de la Humanidad’. Quito, situada, en la base del volcán Pichincha y rodeada de grandes montañas, es una excelente ‘ciudad-base’ de donde conocer más del país y volar a redescubrir las fascinantes islas Galápagos. Su situación geográfica, aunque muy cerca de la línea del Ecuador, nos permite que en un mismo día experimentemos las 4 estaciones: mañanas de primavera, mediodía de verano, atardeceres de otoño y noches de invierno, a medida que pasan las 24 horas del día.
Mi Ecuador situado justo en medio de los Andes, es una aventura de impactantes contrastes, pues vamos a encontrar importantes ciudades como Quito y Guayaquil, e infinidad de volcanes y bellas reliquias coloniales, hasta grandes haciendas, mercados indígenas y muchísimos Resort rústicos donde practicar a nuestras anchas el ecoturismo, ya que las reservas ecológicas del país son maravillosas.
Aunque la visita a las Galápagos y conocer sus enormes tortugas es, sin duda, un viaje realmente único; experimentar con toda la naturaleza junto a ti. Despertar cada día para descubrir una nueva aventura junto a los animales que un día Charles Darwin investigó, nadar con los animales mas diversos; como lo son los lobos y los pingüinos a su vez, encontrar en un mismo lugar a estos animales juntos es algo grandioso y mas aun que no tengan miedo a estar junto a ti. Y ni que hablar de las grandes tortugas un espectáculo digno de admirar.
Sin duda el Ecuador es un paisaje muy colorido que llama la atención del mundo.
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