En las islas Galápagos, se cuenta que hace mucho tiempo cuando las islas fueron recién descubiertas, había una pareja que había llegado al puerto principal. Pablo y Catalina como se llamaban, eran personas reservadas, pero lo que se notaba era su gran amor.
Un día esta pareja comentó que se irían del puerto principal hacia la isla Fernandina para vivir su amor para siempre en las montañas.
Pasado algún tiempo Marcos, un niño de 10 años de edad junto con sus amigos se fueron a explorar la isla Fernandina, Marcos dijo ver a la pareja en la cima de la montaña, pero las personas que se encontraban con él, no observaron nada, sin embargo el niño insistió en haberlos vistos, y entonces subieron hasta la cima de la montaña; al llegar no encontraron a nadie; pero Marcos se fijó que en una de las rocas de la montaña se encontraba grabado los nombres de Pablo y Catalina dentro de un corazón.
En la isla se corrió el rumor de la desaparición de la pareja y de la huella que ellos habían dejado en la roca, como señal de su gran amor.
Al pasar los años muchos de los habitantes de la isla, en señal de su amor garbaban sus nombres sobre la misma roca pero al transcurrir los días éstos desaparecían de la roca.
Muchos años después Marcos, aquel niño que tiempo atrás había visto a Pablo y Catalina en la montaña, hizo un viaje hacia dicho lugar con su novia a la cuál amaba mucho y le enseñó el grabado sobre la roca, ellos en realidad se aman y decidieron probar si sus nombres quedaría grabados por siempre sobre la roca. Una vez que lo hicieron se marcharon y al poco tiempo se casaron. luego decidieron nuevamente subir a la montaña, al llegar se dieron cuenta que sus nombres seguían intactos y que no se habían borrado como el de otras parejas que también decían amarse, fue allí cuando entendieron que sólo las personas que en realidad se aman, quedan grabados por siempre sobre la roca.
Esta historia con el pasar de los años se convirtió en una leyenda y muchas personas, en especial parejas, visitan aquella montaña y graban sus nombres sobre la roca para probar si su amor es en realidad el verdadero, ya que sólo un amor verdadero es el que quedará grabado en la roca por siempre.
Un día esta pareja comentó que se irían del puerto principal hacia la isla Fernandina para vivir su amor para siempre en las montañas.
Pasado algún tiempo Marcos, un niño de 10 años de edad junto con sus amigos se fueron a explorar la isla Fernandina, Marcos dijo ver a la pareja en la cima de la montaña, pero las personas que se encontraban con él, no observaron nada, sin embargo el niño insistió en haberlos vistos, y entonces subieron hasta la cima de la montaña; al llegar no encontraron a nadie; pero Marcos se fijó que en una de las rocas de la montaña se encontraba grabado los nombres de Pablo y Catalina dentro de un corazón.
En la isla se corrió el rumor de la desaparición de la pareja y de la huella que ellos habían dejado en la roca, como señal de su gran amor.
Al pasar los años muchos de los habitantes de la isla, en señal de su amor garbaban sus nombres sobre la misma roca pero al transcurrir los días éstos desaparecían de la roca.
Muchos años después Marcos, aquel niño que tiempo atrás había visto a Pablo y Catalina en la montaña, hizo un viaje hacia dicho lugar con su novia a la cuál amaba mucho y le enseñó el grabado sobre la roca, ellos en realidad se aman y decidieron probar si sus nombres quedaría grabados por siempre sobre la roca. Una vez que lo hicieron se marcharon y al poco tiempo se casaron. luego decidieron nuevamente subir a la montaña, al llegar se dieron cuenta que sus nombres seguían intactos y que no se habían borrado como el de otras parejas que también decían amarse, fue allí cuando entendieron que sólo las personas que en realidad se aman, quedan grabados por siempre sobre la roca.
Esta historia con el pasar de los años se convirtió en una leyenda y muchas personas, en especial parejas, visitan aquella montaña y graban sus nombres sobre la roca para probar si su amor es en realidad el verdadero, ya que sólo un amor verdadero es el que quedará grabado en la roca por siempre.
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